En Ciencia es muy común definir y clasificar conceptos. La materia, una vez definida, puede ser descrita según sus propiedades. Estas propiedades asociadas a los sistemas materiales se pueden clasificar en generales y específicas.
- Propiedades generales.
Son aquellas que están presentes en TODOS los sistemas materiales y, por lo tanto, no nos dan información sobre aquello que se refiere o a qué tipo de sustancia compone nuestro sistema. Son propiedades que dependen de la cantidad de materia que compone nuestro sistema. Algunas de estas propiedades son la masa, el volumen o la temperatura.
- Propiedades específicas.
Estas propiedades están relacionadas con la naturaleza de la sustancia que compone el sistema material y no dependen de la cantidad de materia del mismo. Ejemplos de este tipo de propiedades son la densidad, el calor específico, los puntos de ebullición y fusión...

Pero se puede hacer otra clasificación de las propiedades dependiendo de si éstas dependen del tamaño del sistema que consideramos. Para poder entender esta clasificación vamos a considerar una bañera. Supón que coges un vaso y lo metes dentro de la bañera:
- ¿Habrá la misma cantidad de agua en el vaso que en la bañera? Parece claro que la masa de agua (y el volumen) en el vaso de agua serán menores que en la bañera. Diremos que tanto la masa como el volumen son propiedades extensivas.
- ¿Será igual la temperatura del agua en el vaso que en la bañera justo al sacar el vaso? La respuesta es que sí, en ese momento la temperatura del agua del vaso y la de la bañera será la misma. Diremos que la temperatura es una propiedad intensiva.
- Propiedades extensivas.
Son aquellas propiedades que dependen de la cantidad o el tamaño de sistema que consideramos. Son propiedades extensivas la masa, el volumen, la longitud, la superficie, el peso, la energía térmica y algunas otras.
- Propiedades intensivas.
Son aquellas que no dependen de la cantidad de sistema que consideramos. Ejemplos de éstas son la temperatura, la velocidad, la presión, el punto de fusión o ebullición, el calor específico, etc.
Una cosa muy curiosa es que, si divides dos propiedades EXTENSIVAS entre sí, obtienes una propiedad INTENSIVA. ¡Apúntate esto en la libreta porque es importante tenerlo claro!