Estrategias metodológicas
- Trabajo colaborativo. Se distribuye el grupo en equipos mixtos y heterogéneos, de cuatro miembros como máximo, mixtos y heterogéneos. Es un buen modo de propiciar una correcta y acertada atención a las necesidades educativas de todo el alumnado si los equipos cuentan con personas de distintas destrezas y actitudes. Los equipos serán autónomos durante el trabajo en el aula, siendo la observación directa por parte del docente la que revele información muy útil y certera sobre el rendimiento de cada uno de los componentes del equipo, su contribución y su progreso en el desarrollo de las tareas. Esta información será la base para poder ver cómo funciona la situación de aprendizaje y si es necesario hacer algún cambio para mejorarla.
- Pensamiento analítico y actitud crítica. Junto a la selección correcta de información veraz y contrastada, forman la base para tomar decisiones coherentes e informadas, lo que redunda en la mejora de las competencias del alumnado. La resolución de problemas contextualizados forma parte del razonamiento científico y le brinda la posibilidad de ser protagonista en la elaboración de sus conclusiones y decisiones. También se plantea una sesión en la que los equipos resuelven un mismo tipo de cuestión de dos modos distintos, debiendo analizar qué ventajas representa hacerlo de uno y otro modo.
- Ludificación del aprendizaje. Se plantean ejercicios en modo de juego como repaso de conocimientos y para ayudar a la realización de la primera tarea de evaluación. Son juegos para hacer en equipo y que suponen un reto para el alumnado.
El docente adopta un papel de guía y facilitador durante las sesiones, aunque puede ser necesario que ofrezca explicaciones breves a los equipos, o al gran grupo, en momentos puntuales. Cuando las explicaciones son demandadas por el alumnado, la predisposición para la escucha activa y el razonamiento es mucho mayor.