Así son los cambios físicos
El primero de los cambios que has visto antes es un cambio físico.
Estos tipos de cambios suponen que la naturaleza del sistema no se altera, es decir, no se transforman unas sustancias en otras distintas. También son cambios que, en su mayoría, pueden deshacerse y volver a la situación de partida. Decimos que son cambios reversibles.
Si cortas una rodaja de pan de una barra para hacerte un montadito, ¿el pan que comes es distinto al pan del resto de la barra? Si la respuesta a esta pregunta es que no, estás delante de un cambio físico.
Si arrugas un folio, ¿sigue siendo un folio? ¿Podrías volver a alisarlo para poder usarlo? Como la respuesta es sí en ambos casos, estás ante un cambio físico otra vez.
Aunque las respuestas han sido distintas en cada caso, lo que sí es igual es que no cambia la naturaleza de cada sistema después de realizar el cambio. Siguen siendo pan y papel, aunque los hayas cortado o arrugado.
Observa el siguiente vídeo:
Lo que has visto es un cambio físico, aunque pueda parecer lo contrario. Quizás estés pensando que ahora no está tan claro qué es un cambio físico. La clave está en pensar si se puede volver a la situación de partida o no. Para ello debes recordar lo aprendido en la situación de aprendizaje anterior.
El proceso de disolución que ves en el vídeo puede ser revertido si aplicamos un método físico de separación de componentes de una mezcla homogénea sólido-líquido. Por ejemplo, se podría destilar la mezcla y volver a obtener el sólido (KMnO4) y el líquido (H2O) por otro lado.
Es aquel cambio en el que no cambia la composición química del sistema. Suelen ser cambios reversibles.
Lectura facilitada
Los cambios físicos no provocan que cambie la naturaleza del sistema, es decir, no aparecen sustancias nuevas.
Suelen ser reversibles. Esto quiere decir que puedes volver al estado inicial otra vez.
Algunos ejemplos son: cortar o arrugar un papel, la dilatación o contracción por el calor, la disolución de sólidos en líquidos...